sábado, 4 de abril de 2020

Érase dos veces

El machismo, la xenofobia, el racismo y otras formas de intolerancia perpetúan en hoy en día en nuestra sociedad y se ven reforzados por una gran variedad de estímulos. Entre ellos destacan la publicidad, los medios de comunicación, las películas, los juguetes, el lenguaje, las canciones, los cuentos...

Y es de los cuentos de lo que te quiero hablar. Muchas personas hemos crecido y disfrutado con los clásicos de Disney. En general, estos cuentos y películas narran historias de princesas que son bellas y delicadas, que se encuentran en apuros y tienen que ser salvadas por un apuesto príncipe o caballero. En prácticamente todos los casos, ellas se enamoran y ellos las besan, para terminar el cuento con un "felices para siempre". De esta manera se perpetua el mito del amor romántico, creando un modelo ficticio de relaciones. Hoy en día, la realidad nos muestra que existen muchas maneras respetuosas y libres de relacionarnos en pareja.

Pero, ¿solo por ese motivo tenemos que despedirnos de historias con las que hemos crecido y decir adiós a Caperucita o Blancanieves? ¡No! Lo que realmente hace falta es reinventar la historia. Esto se hace tangible gracias, entre otras personas, a Belén Gaudes y Pablo Macías que han adaptado al menos 12 de nuestros cuentos favoritos, dándoles una segunda oportunidad a través de su magnífica colección "Érase dos veces". 

Érase dos veces nace con el objetivo de que se respiren, en los cuentos de toda la vida, valores y actitudes feministas, coeducativas y plagadas de corresponsabilidad, quedando excenta la violencia. 

El primer ejemplar de esta colección que llegó a mis manos fue "La ratita presumida", me enamoré del libro desde que lo abrí y por eso es el que más recomiendo. Mi idea es seguir ampliando la colección, ahora también forman parte de ella "El patito feo", "Cenicienta" y "Rapunzel". 

¡Anímate a dar una segunda oportunidad a los clásicos de siempre!


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